Sólo con el paso del tiempo las cosas vividas empiezan a mostrar su verdadero contenido y valor. Pero además, hacen falta una mirada y un corazón atentos para saber descubrir la hondura de esos acontecimientos.
Del 5 al 9 de Febrero de este año tuvo lugar, en el Seminario de Buenos Aires, el XXVII Encuentro Nacional de Formadores, organizado por la OSAR, la "Organización de Seminarios de Argentina". Estos encuentros comenzaron a realizarse hace muchos años, antes inclusive de que se les diera este título "oficial". ¿El motivo? La Iglesia fue entendiendo la necesidad y la urgencia de "formar a los formadores" de los futuros sacerdotes. Fue y es un reflejo de su atenta maternidad.
A lo largo de los años estos encuentros se realizaron en diferentes lugares del país: Jujuy, Salta, Tucumán, Chaco, Córdoba, Buenos Aires, La Plata, Bariloche, Mendoza, Rosario… No hace falta decir la riqueza de esa variedad, pues se podían conocer distintos Seminarios, estilos sacerdotales, acentos formativos, etc., dentro de una gran comunión de fe y vocación, pues, en última instancia, estamos llamados por el mismo Señor, a la misma misión: formar pastores según el corazón del Buen Pastor.