Cuando un cuerpo extraño con calidad de antígeno, es decir una proteína o fracción de ella (hapteno) agrede al organismo, se trate de medicamentos, componentes bacterianos’ virales o de su propio organismo, éste pone en marcha mecanismos de defensa que constituyen las bases de la inmunidad.
En 1952 Bruton describe el caso de un joven con infecciones bacterianas recurrentes en el que halló valores bajos de inmunoglobulinas circulantes demostrando con ésto deficiencia de inmunidad humoral.
Esto renovó el interés por el campo de la inmunología clínica comprobándose que las respuestas inmunológicas se manifestaban a través de mecanismos humorales y celulares.