Cuando a comienzos de la década del 60 dos autores suecos, Falck e Hillarp, desarrollaron un método de alta especificidad y sensibilidad para la demostración histoquímica de monoaminas (MA) (dopamina, noradrenalina, adrenalina y serotonina) (cf. Falck y Owman, 1965), se abrió una nueva era en diversas disciplinas médicas y biológicas al contar con un instrumento útil para visualizar a nivel microscópico la presencia de las mencionadas aminas biógenas.