Se presentan 4 historias clínicas de pacientes portadores de esta rara patología que, para nosotros, representa 1 % de los traumatismos abdominales. Se hacen consideraciones sobre su patología, diagnóstico y tratamiento. Destacamos la gravedad y alta mortalidad de estas lesiones en las grandes estadísticas, alrededor de 20 %, aunque es probable que el páncreas no sea siempre el responsable de estos datos por la frecuente existencia de lesiones asociadas. No tenemos mortalidad para nuestra casuística, pero la misma no es significativa.
En cuanto al diagnóstico, es muy difícil realizarlo en el preoperatorio, tal vez no sea demasiado importante la precisión topográfica, ya que los signos y síntomas que originan estas lesiones son suficientes para indicar la laparotomía, ya sea la hemorragia interna o la peritonitis; además tenemos siempre presente a Ricardo Finochietto cuando aconseja recordar el páncreas en los traumatismos cerrados de abdomen.
El tratamiento, siempre quirúrgico, creemos que debe ser conservador, evitando las grandes operaciones de resección y las derivaciones pancreaticoyeyunales por la gravedad que representan y el alto índice de complicaciones. Los procedimientos más sencillos, como la pancreatectomía corporocaudal para las lesiones a la izquierda de los vasos mesentéricos y la exclusión duodenal con gastroentero para las lesiones combinadas duodenopancreáticas, resuelven muchos casos, aunque no descartamos una lesión extensa que obligue a practicar una duodenopancreatectomía.
Del buen criterio quirúrgico inicial dependen las complicaciones y secuelas, que no son demasiadas y para las que disponemos de eficaces tratamientos.