La agenda de nuestra Sociedad no es la misma de hace diez años, ni de hace cinco. Cambió el contexto nacional, pero también el mundial. La economía se globalizó y los vínculos entre las comunidades se horizontalizaron. Su búsqueda ya no es solamente reemplazar la dependencia por la independencia sino, y fundamentalmente, formar parte de un sistema cada vez más interdependiente.
Conviven en el mundo conjuntos territoriales que definen contextos que se superponen e interactúan, produciendo una paradójica sinergia que los alimenta, consolida y que es necesario comprender: uno global, definido fundamentalmente por la economía, las comunicaciones y la información, otros macro regionales que apuntan a una suerte de glo- balización regional, con cada vez mayor libertad en la circulación de servicios y personas; y las realidades nacionales y micro regionales, con identidades políticas, ambientales, sociales y económicas muy particulares.
La Universidad debe asumir la responsabilidad de interpretar, participar y aportar a ese proceso, actuando a la vez en todos esos conjuntos y debe, por lo tanto, crear nuevos espacios de conocimiento para contener la complejidad de cada una de estas exigencias, que interpreten que el concepto de "lo único" es para la necesidad y no para los medios que permitan satisfacerla y así poder aportar a darle respuesta en un ámbito de excelencia.