Cuando en 1991 Dora Pozzi e Isaías Lerner transmitieron a Marta Royo y Silvia Wendt el proyecto de homenaje a Aída Barbagelata, se ponía en marcha una tarea de ambiciosos objetivos y justísimas aspiraciones. Al cabo de tres años de arduo trabajo, puede apreciarse finalmente el resultados: dos extensos volúmenes, en donde los díscipulos, colegas y amigos de Aída Barbagelata, en abigarrada y divergente profusión de estudios y temáticas, rinden homenaje a la personalidad generosa y abierta de una verdadera humanista.