Cryptosporidium parvum fue primero reconocido como causa de enfermedad humana en 1976.
Desde 1976 a 1982, la enfermedad fue raramente informada en los Estados Unidos, e inicialmente entre los inmunocomprometidos. En 1982, el número de casos informados comenzó a aumentar dramáticamente junto con el número de personas infectadas con HIV; también fueron informados los brotes entre poblaciones inmunocompetentes. Los recientes brotes de cryptosporidiosis de origen hídrico en Tejas (1984), Georgia (1987), Oregon (1992) y un brote masivo en Wisconsin en 1993 que afectó a más de 400.000 personas ha elevando la conciencia sobre la transmisión hídrica de la cryptosporidiosis. Desde 1993, varios brotes menores de cryptosporidiosis fueron informados en los Estados Unidos: dos estuvieron relacionados agua potable, seis se vincularon al agua recreativa y uno fue de origen alimenticio.