La conmemoración de los 100 años de la Reforma Universitaria es una excusa excelente para rescatar algunos de los postulados del proceso que, iniciado en la ciudad argentina de Córdoba en 1918, se extendería por todo el continente y, también, para reflexionar sobre las rupturas que implicó y aquellas otras que no pudo avizorar.
La Reforma, fenómeno trascendente de una sociedad que experimentaba fuertes cambios, quiebra el ideario encarnado en la “dominación monárquica y monástica”, pero en otros aspectos, no puede atravesar los límites y las ideas que definen la sociedad cuyos perfiles se estaban delineando a principios del siglo XX.
Desde ese punto de partida, nos interesa indagar el papel asignado a las mujeres en la educación universitaria de principios del siglo XX, rescatando la figura pionera de la primera abogada argentina; relevar el rol desempeñado por estas en la Reforma Universitaria de Córdoba y cotejarlo con ciertas fronteras epistemológicas que aún subsisten en la universidad del siglo XXI.