Enrique De la Garza se ha convertido, a lo largo de una prolífica trayectoria académica, en uno de los máximos referentes de los estudios del trabajo en América Latina. Su vocación investigativa se ha plasmado también en los aportes realizados al área de la epistemología de las ciencias sociales. La metodología configuracionista para la investigación social reúne una serie de contribuciones elaboradas por De la Garza en este campo. El texto es una tenaz defensa de la ciencia que batalla ecuánimemente contra los postulados del positivismo y la ciencia estándar (se remonta a los textos que De la Garza produjo en la década del 80) y contra lo que el autor llama antiepistemología (o, dicho de otra forma, el impacto que el pospositivismo y el giro lingüístico ha tenido sobre la comunidad científica). El autor se ocupa, en los diferentes capítulos, de desarmar los supuestos ontológicos y epistémico-metodológicos sobre los que se apoyan estas perspectivas para, luego, sentar las bases de una nueva ciencia social. Una de las principales marcas de La metodología configuracionista… es su polifonía: los afluentes (Hugo Zemelman, principalmente, pero también Antonio Gramsci y Edward P. ompson, entre otros) y los interlocutores con los que De la Garza dialoga son convocados y tensionados de forma constante. Esa es la estrategia argumentativa con la que plantea la secuencia de capítulos. A lo largo de todo el libro, el autor busca escapar de un paradójico dualismo que impera en los nuevos estándares de la comunidad científica: el relativismo en el nivel de la epistemología y el realismo en el nivel de la teoría.