En español
En los tramos finales de La ciudad letrada, Rama polemiza con la visión del modernismo latinoamericano defendida por Henríquez Ureña. Lejos de concebirlos como literatos puros, como hombres de letras desvinculados de la política, el crítico uruguayo sostiene que los escritores de la época no dudaron en ejercer el monopolio de los servicios culturales en favor de los sectores dominantes. En el curso de su argumentación, Rama se refiere a un grupo selecto de ensayistas con el propósito de ilustrar su tesis del intelectual latinoamericano en tanto ideólogo del poder hegemónico. Incluye, entre ellos, a una de las figuras más emblemáticas y olvidadas de la escena cultural rioplatense del novecientos: Rafael Barret. El seguimiento de la heterodoxa trayectoria barretiana deja pues al descubierto uno de los problemas fundamentales del enfoque de Rama: su incapacidad a la hora de reconocer la existencia de prácticas discursivas contestatarias e indóciles respecto del poder. De ese modo, retornar a Barret, revisitar su intensa y anómala praxis político-literaria, es también mostrar las fisuras de La ciudad letrada.
En inglés
In the final sections of The Literate City, Rama polemicizes with the vision of Latin American modernism defended by Henríquez Ureña. Far from conceiving them as pure writers, as men of letters unrelated to politics, the Uruguayan critic maintains that the writers of the time did not hesitate to exercise a monopoly on cultural services in favor of the dominant sectors. In the course of his argumentation, Rama refers to a select group of essayists with the purpose of illustrating his thesis of the Latin American intellectual as ideologist of hegemonic power. It includes, among them, one of the most emblematic and forgotten figures of the River Plate cultural scene of the nine hundred: Rafael Barret. Following the heterodox Barretian trajectory thus reveals one of the fundamental problems of Rama's approach: his inability to recognize the existence of discursive and unruly discursive practices regarding power. In this way, returning to Barret, revisiting his intense and anomalous political-literary praxis is also showing the fissures of The Literate City.