El señor Ministro de Obras Públicas, doctor Emilio Frers, dándose cuenta desde mucho tiempo atrás de la necesidad de estudiar sistemáticamente las riquezas naturales de las costas de la Provincia de Buenos Aires, para aprovecharlas en seguida y, al mismo tiempo, iniciar el fomento de la industria de las grandes pesquerías marítimas que proporcionará, únicamente así, un competente personal de marineros para la armada, ha constatado que el momento oportuno ha llegado para realizar proyectos tan útiles para el desarrollo de la Provincia como para la prosperidad del país entero.
Dados los cortos recursos de que puede disponerse, sólo se podrá organizar al principio una estación marítima muy modesta, pero suficiente para demostrar al público su necesidad y todo lo que de ella puede esperarse una vez que tenga sus servicios instalados de un modo más conveniente.
Hace años que recorro las costas provinciales estudiando la biología marítima, desde Atalaya y Punta Piedras hasta el Samboronbón, desde el Tuyú hasta Necochea, desde Monte Hermoso hasta Bahía Blanca y las islas del Laberinto. En muchos puntos, dejándome impresionar ya sea por una hermosa playa, ya por las tranquilas aguas del mar, ya por una bella puesta de sol, ó por un muelle natural de toscas ostentando una innumerable población de seres fantásticos, verdadero tesoro para el naturalista, habría deseado armar mi carpa y permanecer largo tiempo en esos parajes para quitar á la naturaleza uno más de sus secretos.