La necesidad de la enseñanza agrícola, es decir, de la difusión de los conocimientos que permiten apreciar la calidad y composición de las tierras, distinguir las condiciones y la influencia del clima, los fenómenos relacionados con la vegetación de las plantas cultivadas y espontáneas, sus exigencias en el orden físico y químico, la aparición y el desarrollo de enfermedades que las atacan y los medios de combatirlas la calidad de los productos, su aplicación o utilización más ventajosa, las razas animales adecuadas para cada región, los sistemas de reproducción, cría, etc.; etc., es universalmente reconocida; no hay en la actualidad diversidad de pareceres acerca de su alcance: en lo que no todos están de acuerdo es respecto de los medios que deben emplearse para implantada y propagada, acerca de la forma como debe impartirse, para que resulte eficaz y difundida o amplía, a fin que se consigan los mejores y los mayores resultados.