En España, como después ocurrió en América, desde mucho antes de comenzar el siglo XVII, se hicieron representaciones de carácter sacro en los atrios de las iglesias y conventos, realizándose en dichos lugares, la escenización de los autos sacramentales en la festividad de Corpus Christi, composiciones estas de carácter religioso, escritas y representadas para loar al Santísimo Sacramento, que en algunas ocasiones, muy frecuentes en Granada en épocas en que estas llegaron a su mayor apogeo, se representaron en lo alto de una carroza, que seguía los pasos de la procesión que con tal motivo se efectuaba en su día.