Los gastos del Estado nacional no son tan altos ni parecen descontrolados como se predice por ahí. Si el Estado gastara como otros países del mundo, se podrían sacar de la pobreza a 20 millones de personas por año, además de mantener el gasto actual. Los gastos en jubilaciones, las transferencias a las provincias y la inversión pública, fueron los principales determinantes del gasto público nacional. Durante 2007 en particular, el incremento en la masa de jubilaciones y los gastos en subsidios de tarifas y precios, reavivan los roles de redistribución y de contención de los precios por parte del Estado.