Revisando mi pobre herbario fanerogámico que desde tantos años duerme en su estantería polvorienta, descubro con frecuencia cosas interesantes, fruto de desvelos de mis años juveniles... he resuelto, pues, no abandonarlas á la polilla y dejarlas perder, y aquí va una primer muestra de lo que los botánicos suelen llamar riquezas...