En nuestra vida como estudiantes y como docentes transitamos aulas, lugares donde se produce el encuentro entre docentes y estudiantes que han ido cambiando tanto en la forma de organización de su espacio como en los recursos pedagógicos que se utilizan en ellas. Desde hace tiempo, el desarrollo de la tecnología digital ha permitido diseñar espacios y dispositivos que median procesos de enseñanza y aprendizajes. Precisamente, llamamos aulas virtuales a esos “dispositivos que combinan un entorno virtual con una propuesta pedagógica y donde los actores educativos juegan roles modificando aquellos que han cumplido tradicionalmente” (Martin et al., 2017, p. 175).