La utilización del análisis del discurso (AD) como metodología permite abordar textos –sean éstos escritos u orales- como eventos discursivos desde su tridimensionalidad. Esto supone entenderlas como:
- una pieza de texto –en tanto producto oral o escrito de una producción discursiva-;
- una instancia de práctica discursiva –como práctica que se inserta en un contexto social particular-;
- una instancia de práctica social –que si bien es determinada y configurada por procesos y acciones sociales, instituciones y por las propias estructuras sociales particulares de cada sociedad, el discurso puede contribuir a reproducirlas o, por el contrario, transformarlas.