La propuesta de esta ponencia es reconsiderar la importancia de las canciones de cuna como formas literarias vinculadas a la infancia. Hemos sido acunados, protegidos y envueltos desde el mecimiento en este primer vínculo sonoro que preludia el lenguaje. En estos juegos de totalidad comunicativa, destaco como camino hacia la poesía y la rima, nacidas en el Caribe y Latinoamérica. Si bien son diferentes según su histórico ensamble, en todas las culturas, los bebés se adormecen cuando el sonido comienza a arrullarlos. Esta es una propuesta que intenta recuperar las canciones desde su performatividad, y no sólo desde su audición o escritura. He elegido ejemplos que representan las vocalidades originarias y las de la diáspora africana que configuradas en el mestizaje cultural, forman parte de nuestra identidad, nos cobijan y nos dan relato de existencia.